Tenía mucha expectativa por algún día visitar este sitio porque muy seguido lo veía en esas listas de lugares que ver antes de morir o lugares surrealistas para visitar, así que cuando planeábamos nuestro viaje a Perú, no pudimos resistir el incluirlo en nuestro itinerario.

El Salar de Uyuni es uno de los atractivos naturales más importantes de Bolivia y se considera el desierto de sal más grande del mundo por sus más de 10,500 kms² de extensión. En temporada de lluvias, el agua forma un espejo gigante y que en ocasiones pareciera también que se camina sobre el agua, yo lo visité en el mes de septiembre y aunque no hubo lluvia, fue algo verdaderamente espectacular.

¿Cómo llegar?

Desde la Ciudad de La Paz, puedes tomar un autobús nocturno que tomará alrededor de 12 horas para arribar a al poblado de Uyuni, la verdad es que no son los más cómodos para un viaje tan largo, y esto sin considerar que la mayor parte del camino (si es que puede llamarse camino dónde no hay un camino trazado), el autobús atravesará terreno irregular y te hará rebotar del asiento una y otra vez. La buena noticia es que, como todo en Bolivia, los precios son bastante pequeños; el costo por el viaje sencillo La Paz – Uyuni es de 100 bolivianos, algo así como 15 USD, hay servicios más caros, con asientos completamente reclinables, y el costo no excederá los 190 bolivianos (27 USD).

Nosotros decidimos reservar el tour al salar desde que estábamos en La Paz para asegurar que podíamos iniciar el tour justo el día de nuestra llegada a Uyuni, pues teníamos los días justos para volver a Perú. En una calle del centro, muy conocida, llamada “Sagarnaga” hay muchas agencias de viajes que ofrecen varios recorridos al salar, de los cuales los más comunes son Uyuni-Uyuni de 3 días y 2 noches (el que escogimos nosotros) y el de Uyuni-San Pedro de Atacama (en Chile). El costo por persona, del tour Uyuni-Uyuni de 3 días y 2 noches, incluyendo la transportación en camioneta todo terreno, 2 noches de hospedaje básico, todos los alimentos y guía durante el recorrido (el mismo chofer), fue de 750 bolivianos (110 USD). Si lo contratan directamente en Uyuni tal vez se ahorrarán unos 50 bolivianos pero cabe el riesgo de que no haya disponibilidad.

Al llegar a Uyuni, alrededor de las 8 am., tuvimos el tiempo suficiente para desayunar y buscar la oficina de donde iniciaría nuestra aventura de 3 días y 2 noches por el salar, el desierto Boliviano y la reserva de fauna Andina Eduardo Avaroa. Una vez saliendo de Uyuni ya no habrá poblados con servicios como cajeros automáticos, internet y teléfono, así que en caso de requerir alguno, será mejor que lo hagan antes de iniciar el tour.

Día 1 El cementerio de trenes, el Salar y la Isla del Pescado

A las afueras del poblado de Uyuni se encuentra el cementerio de trenes, el cual será la primera parada del tour. Este lugar olvidado tiene un toque de surrealismo que contrasta con la energía de los turistas que juegan como niños entre los restos de los trenes (algunos ya de 100 años o más).

 

Luego de unos 40 minutos se retomará el camino hacia las entrañas del Salar y literalmente a la mitad de la nada harán varias paradas para hacerse fotos y comer. Es interesante cómo -no sé de donde- el chofer se encargará de convertir la parte trasera de la camioneta en un comedor y aunque la comida se vea sencilla y seguramente no estará caliente, valdrá la pena esta experiencia. A nosotros nos prepararon carne de alpaca, quinua (algo parecido al arroz) con ensalada de verduras y refresco de cola (no podía faltar).

 

A mitad del día harán una parada en la isla del pescado, que es de los pocos lugares que no está cubierto por la sal y que es llamada así porque vista desde arriba tiene, literalmente, forma de pescado. Para subir a lo más alto de la isla será necesario que paguen 30 bolivianos, aunque la verdad yo preferí no pagarlos porque sé que desde cualquier punto la vista es inigualable.

 

Al terminar la visita en la Isla del pescado emprenderán el camino hacia las afueras del salar y muy seguramente los hospedarán en un hotel de sal donde tendrán los últimos alimentos del día. A mi gusto no fue de lo más extraordinario hospedarme en un sitio así, sobre todo porque los servicios son bastante precarios; un baño para casi 20 personas, con energía eléctrica limitada, al igual que el agua caliente, sin embargo creo que es en esos momentos donde te ves aislado del mundo, literalmente a la mitad de la nada, donde te ves obligado a realmente convivir con tus compañeros de viaje. En nuestro caso (5 mexicanos) tuvimos la oportunidad de hacer una muy buena amistad con Jefferson (Brasil) y Laura (Alemania), con quienes pasamos una estancia de 10.

Si son friolentos, les aconsejo tomar una ducha lo más temprano posible porque entre más se hace de noche, más bajará la temperatura, ah y por cierto; será este el único sitio en los 3 días de excursión donde tendrán oportunidad de ducharse porque la siguiente parada será la Reserva de Fauna Andina Eduardo Avaroa, donde el frío es tan extremo y ni siquiera se atreverán a tocar el agua helada con las manos.

El salar es simplemente espectacular y cada quién tendrá que hacerse de sus propias palabras para tratar de describir este lugar, así que les dejé unas galerías bastante generosas de fotografías deseando que los motive tanto como para planear su próximo viaje a tan increíble lugar.

Esperen en la próxima entrada los detalles del segundo día donde visitamos la Reserva de Fauna Andina, iniciamos el camino a través del desierto y más…